El investigador Ángel Carracedo ahondó, en una ponencia en el CHUO, en los retos de la Medicina de Precisión
El doctor Ángel Carracedo (Santa Comba, 1955) estuvo en Ourense ayer en el marco de la jornada Retos Internacionales del Ecosistema Salud que tuvo lugar en el CHUO. Organizada por el Clúster Saúde de Galicia, asistieron diferentes laboratorios, médicos y especialistas de diversas áreas.
Carracedo, que actualmente es director de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica, centró su ponencia en la medicina de precisión y personalizada. «Parece que ahora hay un bum, pero es algo que viene de atrás y que ha ido cogiendo rumbos distintos. Antiguamente se la conocía como Farmacogenética, después Farmacogenómica, más tarde Medicina Personalizada y ahora Medicina de Precisión. Pero el objetivo ha sido siempre conseguir terapias adecuadas a cada individuo y cada enfermedad. Medicamentos que, en las dosis adecuadas para un individuo concreto, tengan la máxima eficacia y sin efectos secundarios», explicó el experto en genética.
En esta línea, argumentó que cada vez es más complicado producir fármacos y no por el coste, que en los últimos tiempos parece haberse estabilizado, sino porque la productividad global de la industria farmacéutica está descendiendo. «Para que un fármaco sea aprobado tiene que tener una eficacia superior a los que ya se encuentran en el mercado. Y eso es muy difícil porque se ha alcanzado ya el 55 % de eficacia de media. Y el segundo problema son los efectos secundarios de esos medicamentos. Pocas personas saben que se muere menos gente por accidentes de tráfico que por efectos secundarios de fármacos. Y el gasto que representa para el sistema de salud es brutal. Está situada entre la cuarta y la sexta causa de muerte en los países desarrollados», incidió Carracedo, que también es investigador de la Universidad de Santiago de Compostela.
Ahondó durante su intervención en la importancia de la estratificación de las enfermedades. Pero no solo de las comunes, sino también de las raras. «Los tratamientos que tenemos son en su mayoría sintomáticos. La imprecisión es tan grande que llamamos a una diabetes o a una hipertensión enfermedad cuando son síntomas como lo puede ser una fiebre. Necesitamos subestratificar la enfermedad y dividir sus causas y este es el gran reto al que nos enfrentamos», puntualizó.
«No hay un cáncer de mama hereditario, son muchísimos genes los que están involucrados. Y cada uno de ellos tendrá, en el futuro, su tratamiento específico, lo que supondrá un cambio de paradigma»
Los biomarcadores -sustancias que indican un estado biológico y que pueden medirse para saber si un proceso biológico es normal o patológico- fueron otro de los protagonistas de su exposición. «Necesitamos descubrir más biomarcadores en el ámbito de la investigación. Y Galicia y el norte de Portugal son áreas del mundo ideales porque no solo somos un ejemplo de poblaciones envejecidas, sino que también tenemos algo importantísimo para la fase de descubrimiento de biomarcadores: tenemos muy poquita inmigración. Tenemos una enorme suberstructura poblacional porque los de Vigo se han juntado con los de Ourense, los de Ourense con los de Verín, los de Verín con los de Santa Comba… Esto nos hace una región ideal para buscar biomarcadores», argumentó Carracedo.
De aquí al año 2027 se espera que haya tratamientos para un total 1.500 enfermedades raras en el campo de la genética, según subrayó el investigador. Y se estima que pasará de ser el uno por ciento del gasto en salud al diez por ciento. Sin incluirse en esta horquilla las estratificaciones del cáncer.