Un equipo de la universidad belga, dirigido por Pérez-Cuadrado, recibió el primer premio de investigación Rafael Hervada auspiciado por la Fundación del centro
El médico especialista en aparato digestivo Enrique Pérez-Cuadrado Robles, de solo 31 años, recogió ayer el Premio Rafael Hervada a la investigación biomédica que concede el Hospital San Rafael. Lo hizo como firmante principal de un estudio realizado por un grupo de las clínicas belgas Saint-Luc de la Universidad de Lovaina, en la que trabaja a caballo con el Hospital Beaujon de París.
«Para mí es un gran honor y supone un reconocimiento a un trabajo de largo recorrido de un equipo amplio de investigación, algo que adquiere especial relevancia en unos tiempos en los que las ayudas para investigar son muy escasas», recalcó el galardonado antes de adelantar que «supone todo un aliciente» para continuar profundizando en la materia por la que ha merecido el premio: las innovaciones en endoscopia digestiva, en especial de las técnicas que pueden evitar pasar por el quirófano en lesiones premalignas y tumores digestivos precoces, sobre todo de colon.
Compromiso de futuro
En esta ocasión, la primera en la que el premio que homenajea al fundador del hospital, Rafael Hervada, se celebra bajo el auspicio de la Fundación San Rafael, la presidenta del centro, Benigna Peña, volvió a recordar los fines que en 1969 impulsaron la creación del entonces instituto médico quirúrgico: la asistencia, la investigación y la docencia «guiadas por una medicina humana y con declarado apoyo a los débiles». Para continuar contribuyendo a idénticos objetivos, explicó, se constituyó en el 2015 la entidad fundacional, que «quiere ser vehículo del firme compromiso de estabilidad y sostenibilidad del hospital en su futuro -subrayó- y hacer de nuestra tierra un lugar más justo, de generación de oportunidades y proyección de nuestra comunidad científica».
El prestigioso doctor Ángel Carracedo, presidente del tribunal calificador del premio, subrayó la importancia de que la institución «mantenga la ilusión por un premio que es el tercero del país y el primero de Galicia», agradeció el «respaldo social y político» que con su presencia en la entrega conceden las autoridades a la investigación, y se detuvo a analizar la importancia del trabajo a menudo desconocido que, en la batalla contra el cáncer, realizan personas como el equipo internacional premiado por el San Rafael.
Recordó Carracedo que «los cinco tumores digestivos más frecuentes suponen el 25 % de la mortalidad» por patología oncológica y recalcó, sobre todo, que «solo investigando y trabajando podemos mejorar la esperanza y la calidad de vida de los enfermos; yo -insistió- agradezco mucho a quien lo hace». En el caso del estudio distinguido ayer, el catedrático no hizo más que felicitar a los autores (junto a Pérez-Cuadrado, los doctores Snauwert, Moreels, Yeung, Aquattah, Jouret-Mourin, Deprez y Piessevaux) por haber desarrollado un trabajo «extraordinario».
La entrega del premio citó en el hospital a una amplia representación política y, sobre todo, médica. El alcalde, Xulio Ferreiro, junto al conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, y el vicerrector de Política Científica de la Universidade da Coruña, Salvador Naya, se sumaron a un auditorio que se quedó pequeño para escuchar a los dos ponentes invitados: Francesc Balaguer, jefe de Gastroenterología del Clinic de Barcelona, que habló de El cáncer de colon hereditario. Síndrome de Lynch: ese gran desconocido; y el director del mismo hospital, Antoni Castells, que lo hizo sobre Cribado de cáncer de colon: el médico al servicio de la población.