El ADN indica que en el período medieval tampoco se mezclaban entre pueblos cercanos
Un asturiano tiene un mayor parecido genético con un andaluz o con un valenciano que con un gallego. ¿Cómo es posible? La respuesta podría encontrarse en los libros de historia. Habría que remontarse a la época de la reconquista, en la que España se libró del dominio musulmán a partir de Asturias y, a medida que se iban ganando territorios, se iban repoblando en un eje de norte a sur. La historia se ha visto refrendada ahora por la genética, en el estudio más completo que jamás se haya realizado en España en el que se analizó el genoma completo de 1.413 personas de todas las comunidades, aunque con una clara sobrerrepresentación de Galicia y, especialmente, de la provincia de Pontevedra.
La investigación, realizada por la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica y el Grupo de Medicina Xenómica de la Universidade de Santiago en colaboración con la Universidad de Oxford, fue enviado para su publicación en Nature y difundido, mientras tanto, en el repositorio de Internet Biorxiv por temor a que otro grupo publicase con antelación una investigación similar. El trabajo constata que Galicia, y después León, es la comunidad con un mayor legado genético procedente de las poblaciones del norte de África. Es algo que el equipo liderado por Ángel Carracedo ya había revelado en un estudio anterior publicado en American Journal os American Genetics, pero que ahora se refleja con mucha mayor claridad. «El 12 % de nuestro componente genético es de origen africano», confirma Carracedo. En el trabajo precedente se había especulado con que este hecho podía deberse a que los moriscos pudieron haber encontrado refugio en Galicia, más tolerante, después de su expulsión de España ordenada por Felipe III a partir de 1609. Pero ahora, con los nuevos datos, se plantea otra hipótesis: «Pensamos que lo más probable es que vinieran aquí vía Portugal, porque vemos que también hay una gran influencia genética entre Galicia y Portugal», apunta el catedrático de Medicina Legal y director del grupo de Medicina Xenómica.
El trabajo ofrece otra conclusión sorprendente: Galicia, situada en un extremo, es la región del mundo con mayor subestructura genética. O, lo que es lo mismo, no solo existe un minifundismo agrícola, sino que también hubo uno genético, una especie de endogamia en la que unas poblaciones no se mezclaban con otras.
Reconquista
«Es como si en el período medieval los de Santa Comba no mantuvieran relaciones con los de A Baña, los de Coristanco con los de Carballo o los de Negreira con los de Santiago», precisa Ángel Carracedo. En un panorama más general, la investigación muestra que las migraciones humanas después de la reconquista se hicieron en una línea de norte a sur, con origen en Asturias, cuando lo habitual en los movimientos de población en Europa es que sean de este a oeste. «El mapa genético -explica Carracedo- es un reflejo de la estructura política y lingüística de los siglos XIV y XV y de las repoblaciones que se hicieron con la reconquista tras el abandono del territorio por parte de los musulmanes.
En otra visión de conjunto, País Vasco, Galicia y Cataluña son las zonas con un mayor número de características genéticas propias.