Loli Beloso diseña adornos con porcelana de la fábrica que Díaz Pardo fundó en Argentina
Un trabajo artesano con historia y mucho sentimiento. Así se podrían definir las joyas que diseña la escritora Loli Beloso Neira y cuya venta se destina a la investigación del cáncer a través de la Fundación Pública de Medicina Xenómica que lidera el doctor Ángel Carracedo en Galicia. Loli, natural de Vedra (A Coruña) aunque afincada en la parroquia de Tomeza desde los once meses, recibe en su casa de la calle Francisco Asorey de Pontevedra. Está inmersa en los preparativos de una exposición de sus joyas solidarias, que se inaugurará en la Casa da Cultura de Ponte Caldelas el próximo 24 de octubre. Como padrino de la muestra ejercerá el pintor José Solla.
Y es que la faceta cultural y la solidaria van de la mano en todo lo que hace y toca esta mujer. «Son xoias solidarias e históricas porque rescatan deseños de Díaz Pardo», remacha la autora de los adornos. Hay collares, pendientes y pulseras. Su proyecto artístico solidario se ha ampliado con bolsos, pero este es un apartado en el que se centrará más el próximo año. Para ese 2019 Loli Beloso tiene programadas también ocho conferencias y exposiciones en Argentina.
Y es que al otro lado del charco está el germen de esta historia que ya es realidad. Aunque Loli es más conocida como escritora -los beneficios de sus libros también los destina a la investigación del cáncer-, siempre tuvo mano para el dibujo. «De nena, con 13 ou 14 anos, dábaseme moi ben o debuxo», recuerda. Hace siete años, la escritora viajó a Buenos Aires, donde tiene familia. Graciela, la prima de su marido Jesús, le regaló entonces unos platos hechos en Celtia, la fábrica de porcelana que Isaac Díaz Pardo fundó con exiliados gallegos, entre ellos, Luís Seoane, en 1955 en el lugar de Magdalena, a unos 108 kilómetros de la capital argentina.
Pero esos platos y pocillos que Graciela había encontrado en un mercadillo no soportaron el largo viaje de vuelta en avión y llegaron a Galicia rotos en pedazos. El año pasado Loli perdió a su madre y ese sentimiento de tristeza que la invadió se transformó, según sus propias palabras, en una «explosión de creatividade». «Só quería escribir. Durmía pouco e un día remexendo na casa atopei eses anaquiños que gardara. As formas que quedaron ao romper eran como de veleiros. Falei cuns xoieiros para ver se con esas pezas con roturas espontáneas se podían facer xoias meténdolle algo de encaixe», explica la autora. Esa idea se pudo plasmar con el apoyo de varios joyeros de Pontevedra -David, de San Eloy; Óscar, de Ramón Joyero, y Marcos, de Granalla- y en agosto del 2017 Loli volvía a Buenos Aires para exponer esa primera colección de joyas. También se incorporó un bolso muy especial. «É un bolso de liño antigo sementado nos anos 36-40 pola miña avoa María na aldea de Touro, na Coruña», desvela.
Se presentó en la Escuela Nacional de Cerámica de Fernando Arranz y tras unas breves gestiones y una cálida acogida completó la exposición de las joyas con una conferencia. «Acudiron exprofesores e exalumnos de Arranz e veu xente da cidade arxentina de Córdoba. Alí valoraron moito isto e animeime a facer máis», cuenta.
Jesús Chan, marido de Loli, también ha aportado su ingenio a esta historia. Y es que para montar las piezas hacía falta una máquina para pulirlas primero. «É moi difícil traballar coa porcelana pola súa dureza e porque son pezas pequenas. Jesús, o meu home, deseñou un aparello para pulilas co motor dunha vella lavadora». Para pintar los pendientes Loli cuenta con la ayuda de su amiga Teresiña Reimundez.
El pasado 30 de septiembre se celebró en Tomeza la tercera Festa da Investigación. En total se recaudaron 3.300 euros para la Fundación de Medicina Xenómica. Dos mil euros se reunieron con la venta de libros, 550 con las joyas y 750 con las rifas de un bolso que se sorteó. «Esa cantidade, 3.300 euros, cubre case o soldo de medio ano a un investigador», subraya Loli, que piensa seguir con esas fiestas. «Cada ano somos uns poucos máis», ríe.
«É unha vergoña que Carracedo teña máis axudas fóra de España que de aquí»
Loli Beloso y Ángel Carracedo son grandes amigos y la escritora siempre recuerda que el nexo de unión entre ellos fue Isaac Díaz Pardo (1920-2012). Una tía de Loli, su madre adoptiva, tuvo un cáncer de mama y ella tiene familiares y amigos que han pasado por un tumor. Cada vez hay más casos y por eso la escritora considera prioritario que se destinen fondos a la investigación. Su tono suave se envalentona cuando habla de la falta de recursos que sufren los investigadores en la comunidad autónoma. «É unha vergoña que un dos mellores equipos de científicos do mundo e que está en Santiago poida subsistir grazas ás axudas que Ángel Carracedo trae de fóra de España», subraya. Loli aprovecha este altavoz para hacer un llamamiento a los empresarios y políticos gallegos, en especial, pero también a la ciudadanía. «Cómpre apoiar a investigación porque é un ben para todos. Sen investigación non hai progreso nin futuro», asegura, tras subrayar que Ángel Carracedo dona su salario en el Clínica a la fundación.
La fundación tiene su propia joya. Xenómica, como se llama, se diseñó para conmemorar los veinte años de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica. La pieza va montada en plata y fue hecha a mano por el orfebre de Pontevedra David Pérez. «É un colgante que representa a cadea do ADN. Regaleille un á muller de Ángel [Carracedo] porque ela tamén está aí apoiando sempre e porque a dedicación á investigación do seu home tamén lle resta moito tempo para estar coa súa familia».