Fecha de inicio: 2015 | Fecha de finalización: 2017 |
Código Proyecto: ACCI2015-05
Financiación: 70.000 €
Financiador: Ciberer
El albinismo es una condición genética rara (afecta a 1:17000 personas, unas 3000 personas con albinismo en nuestro país) caracterizada por una discapacidad visual severa que puede aparecer asociada a alteraciones en la pigmentación en piel, pelo y ojos (albinismo oculocutáneo, OCA, 7 tipos: OCA1-OCA7, asociados a mutaciones en los genes TYR, OCA2, TYRP1, SLC45A2, OCA5, SLC24A5, C10orf11), o en ojos (albinismo ocular, 1 tipo: OA1, asociado a mutaciones en el gen GPR143). Dos síndromes relacionados (Chediak-Higashi [1 tipo: CHS1, asociado a mutaciones en LYST] y Hermansky-Pudlak [9 tipos: HPS1-HPS9, asociados a mutaciones en los genes HPS1, AP3B1, HPS3, HPS4, HPS5, HPS6, DTNBP1, BLOC1S3, BLOC1S6]) cursan con alteraciones adicionales en otros órganos y un nuevo síndrome, FHONDA, asociado a mutaciones en el gen SLC38A8 con un fenotipo visual indistinguible de albinismo pero sin alteraciones pigmentarias. Esfuerzos anteriores han establecido las bases del diagnóstico genético universal de una gran mayoría de las mutaciones conocidas asociadas a albinismo utilizando una aproximación masiva.
Hemos actualizado los nuevos genes y mutaciones aparecidas recientemente y vinculadas a algún tipo de albinismo, completando la estrategia Sequenom con estrategias basadas en NGS, con paneles de genes específicos de albinismo y valorar la mejor estrategia diagnóstica actual usando criterios de coste-eficacia. Unidades U711 y U756. A través de colaboradores nacionales e internacionales y gracias a la cooperación con ALBA y otras asociaciones equivalentes de pacientes europeos, se han recopilado hasta el momento más de 600 casos, incluyendo personas con albinismo y familiares de hasta 92 familias distintas (con un total de 421 familiares), y también 166 personas con albinismo previamente diagnosticadas por métodos alternativos tradicionales, que se usaron como control para validar la propuesta con un índice de fiabilidad del 97%.
Durante los pasados años se ha procedido a aplicar la estrategia del albinochip a decenas de nuevas familias con personas con albinismo previamente no diagnosticadas, voluntarias participantes en el proyecto de investigación, a quienes progresivamente se les han remitido los resultados obtenidos. Hasta el momento se ha aplicado el albinochip a 339 individuos de 85 familias que incluyen a 101 personas con albinismo y 238 familiares. De las 101 personas con albinismo en 36 casos ha sido posible detectar los dos alelos mutantes responsables de la condición genética, y en otros 50 casos solamente ha sido posible detectar uno de los alelos mutantes. Globalmente, mediante el albinochip, hemos pués logrado obtener información del 85% de las personas con albinismo analizadas. En los 15 individuos restantes no ha sido detectada ninguna de las casi 700 mutaciones que revisa la versión actual del albinochip.
El segundo objetivo que se planteaba, la secuenciación de determinadas regiones reguladoras no-codificantes del gen TYR en aquellas personas con sospecha o diagnosticadas clínicamente como OCA/OCA1 y en quienes no se hayan localizado las dos mutaciones en el locus TYR, ha sido completado en su totalidad. Se ha procedido a secuenciar, sistemáticamente, la región 5’ del locus TYR humano, cuya región homóloga en el locus de ratón ha demostrado ser relevante e indispensable para la adecuada transcripción del locus. Utilizando oligonucleótidos específicos de esta región no-codificante y reguladora, se han obtenido secuencias de los 50 casos de albinismo en los que solamente se había detectado una sola mutación y en los 15 restantes en los que no se había detectado ninguna (ver punto anterior), junto con algunos de los familiares.
Se ha podido constatar la presencia de nucleótidos polimórficos pero en ningún caso se ha podido constatar, todavía, correlación alguna entre estos SNPs y la condición genética de albinismo, dado que dichos polimorfismos aparecían por igual, sistemáticamente, tanto en personas con albinismo como en personas sin esta condición genética rara. Deberán acometerse nuevos esfuerzos de secuenciación en otras zonas reguladoras del gen e incorporar muchos más personas con albinismo para poder llegar a detectar alguna con alteraciones genéticas en zonas no codificantes cuyas mutaciones en esta región sean causativas del albinismo.
Finalmente la utilización de un panel de genes seleccionados cuyas mutaciones cursan con patologías asociadas al desarrollo ocular en pacientes con sospecha de albinismo que hayan resultado negativos a la aproximación mediante albinochip se ha llevado a cabo parcialmente. Se han remitido cuatro muestras de personas con albinismo cuya base genética no ha podido ser establecida a través del albinochip para que sean analizadas mediante el panel de >200 genes cuyas mutaciones causan algún tipo de patología de desarrollo ocular.
Finalmente, valoramos el uso de nitisinona en ratones YRT4 (Montoliu et al. EMBO J. 1996) y en ratones TYR5’INS (Seruggia et al. Nucleic Acids Res. 2015), en los que la misma región reguladora LCR, indispensable para la transcripción correcta del gen Tyr, había sido delecionada, bien en un YAC (YRT4) o por procedimientos de edición génica mediada por CRISPR (TYR5’INS). En ambos casos logramos demostrar subidas muy significativas de los valores plasmáticos de L-Tyr, de nuevo en colaboración con la unidad U746, pero, de nuevo también fuimos incapaces de detectar o constatar aumento de la pigmentación, a través de medidas directas o indirectas.
La conclusión actual del posible uso de la nitisinona (discutido con Brian Brooks) es que muy probablemente el rango de actuación de esta droga esté mucho más limitado que lo que imaginábamos, y sea solamente efectiva en un número menor de casos. Resultados no publicados del laboratorio de Brian Brooks sugieren que podría ser también útil en otros tipos de OCA.